CASI UN TERCIO DE LOS GESTORES APUESTAN YA POR LOS MERCADOS EMERGENTES
En
un entorno de debilitamiento de las expectativas de crecimiento económico y de
reducción de los beneficios empresariales hay una zona en el mundo que atrae la
atención de los inversores. Son los mercados emergentes, que un 29% de los
gestores de Bank of America Merrill Lynch sitúan ya en primer lugar entre sus
opciones para invertir. Este porcentaje ha aumentado considerablemente, desde
el 18% de diciembre.
Las economías consideradas como
emergentes engloban a países muy heterogéneos que,
sin embargo, tienen en común características que los convierten en atractivos
para inversores que buscan los mercados con las mejores rentabilidades, idóneos
también para introducirse a nivel empresarial. Como denominador
común, los mercados emergentes suman una importante parte de la
población mundial, lo que los convierte en un gigantesco mercado con un
tremendo potencial de consumo gracias al rápido desarrollo económico que
experimentan. Esas circunstancias, fundamentalmente, los convierten en atractivos
para empresarios e inversores de todo el mundo, si bien bajo esa
denominación compartida se engloban realidades muy diversas.
Mercados emergentes: el selecto
grupo de los BRIC
Los países emergentes, que se
cuentan por decenas, -siguiendo el concepto acuñado por Antonie van Agtmael en
los años ochenta, por aquel entonces un economista del Banco Mundial-, se
consideran en un nivel de desarrollo
medio, entre los desarrollados y los países en vía de desarrollo. Sin
embargo, su veloz crecimiento puede
atravesar coyunturas de estancamiento, como ocurre actualmente con Brasil o, en
el extremo opuesto, con China. Tanto uno como otro pertenecen a un selecto
grupo de economías emergentes. Se les denomina países BRIC (Brasil, Rusia,
India, China), todos ellos con un gran potencial de crecimiento e importancia
geoestratégica. Sólo ellos cinco representan un 40 por ciento de la población y una quinta parte del PIB de la economía mundial. Al mismo
tiempo, dentro de los BRICS hay diferencias sustanciales que responden a sus distintas
características y circunstancias, lo que exige un análisis meticuloso de su
potencial de crecimiento y distintos problemas en función de nuestras
expectativas. Sólo así podremos valorar de forma realista la conveniencia de
decidir invertir o hacer negocios.
De hecho, el riesgo de inestabilidad política a
consecuencia, entre otros factores, de una débil clase media, es uno de los
mayores problemas que tienen los países emergentes en general. Ello es
compatible con que se produzca o espere un gran crecimiento de su economía en
forma acelerada, dentro de un contexto cíclico irregular y variable que genera
una inevitable incertidumbre. El funcionamiento de su política monetaria se
basa en una serie de indicadores esenciales como la evolución del PIB, la
inflación y la balanza de pagos. Otra de las características de los mercados
emergentes es su volatibilidad
monetaria, lo que les hace vulnerables por su carencia de liquidez en
sus activos. Esta es una de las razones de sus desaceleraciones y bruscos
cambios que, de nuevo, no favorecen las inversiones. Actualmente, la crisis global ha creado un contexto
complicado para los mercados emergentes, si bien sólo podríamos determinar en
qué medida ha afectado y sigue haciéndolo a los distintos mercados emergentes
mediante un análisis pormenorizado.